El que tratamos hoy puede constituir motivo de unas 30-40 consultas al año que no deberían haber sido, y es uno de tantos, pudiéndose evitar con una dosis mínima de sentido común.
Es frecuente que otras especialidades (en este caso creo que se trata de un ORL), no cumplimenten bien las recetas. Por eso, cuando el paciente llega a la farmacia, el farmacéutico suele dar la siguiente opción:
-. No, esta receta no vale, no vienen los datos del médico, solo viene su rúbrica... Faltan el nombre, los apellidos y el número de colegiado, etc...
-. Y qué hago?
-. Lo mejor que puedes hacer es ir a tu médico de cabecera, que te haga otra receta con lo mismo.
-. Ah, vale...!
Está claro que el Médico de Cabecera simboliza y representa la cercanía, pero pensemos: si el paciente no acude al especialista de turno, en este caso al anónimo ORL, este seguirá sembrando la zona con recetas inadecuadamente cumplimentadas, que generaran no pocos paseos al paciente y consultas innecesarias al médico de Atención Primaria, que por cierto siempre serán "sin cita"...
NOTA: Las grandes cosas generalmente se consiguen implementando cosas simples... Si empezamos a corregir todas aquellas cosas que generan este tipo de problemas, al final tendremos consultas con los minutos que realmente necesitamos, para atender al paciente con la calidad que merece...
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