"Papá, mamá, estos 11 años que llevo con vosotros han sido muy buenos y nunca los olvidaré como nunca os olvidaré a vosotros.
Papá, tú me has enseñado a ser buena persona y a cumplir las promesas, además, has jugado muchísimo conmigo. Mamá, tú me has cuidado muchísimo y me has llevado a muchos sitios. Los dos sois increíbles pero juntos sois los mejores padres del mundo.
Tata, tú has aguantado muchas cosas por mí y por papá, te estoy muy agradecido y te quiero mucho. Abuelo, tú siempre has sido muy generoso conmigo y te has preocupado por mí. Te quiero mucho. Lolo, tú me has ayudado mucho con mis deberes y me has tratado bien. Te deseo suerte para que puedas ver a Eli.
Os digo esto porque yo no aguanto ir al colegio y no hay otra manera para no ir. Por favor espero que algún día podáis odiarme un poquito menos.
Os pido que no os separéis papá y mamá, sólo viéndoos juntos y felices yo seré feliz. Os echaré de menos y espero que un día podamos volver a vernos en el cielo. Bueno, me despido para siempre. Firmado Diego. Ah, una cosa, espero que encuentres trabajo muy pronto Tata. Diego González".
Esta es la carta que dejaría escrita el joven de once años, Diego González, poco antes de saltar por la ventana del quinto piso en el que residía, en la ciudad madrileña de Leganés.
Los motivos por los que Diego González se quitó la vida giran en torno a la situación de bullying que venía soportando, en el colegio de Nuestra Señora de los Ángeles...
Cada año se suicidan en el mundo alrededor de 600 mil adolescentes entre los 14 y 28 años, cantidad de la que, por lo menos la mitad, tiene alguna relación con bullying; siendo los países europeos, los más golpeados por esta epidemia...
Sirva esta reciente desgracia, que esperemos sea la última, para que todos arrimemos el hombro a la hora de detectar y prevenir el problema, en cualquiera de sus formas (clásica, electrónico, sexting, etc...)
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