Son muchas las marcas de bebidas alcohólicas que antaño intentarían alcanzar cuando menos un pedazo, en el reparto de la tarta relacionada con el mercado de la salud, sin preocuparse de sus secundarismos o de sus efectos indeseables.
Podría decirse, en definitiva, que antaño, las distintas formas de beber alcohol llegaron a publicitarse para cosas que hoy, desde nuestra óptica de ciudadanos del siglo XXI, alcanzan a parecernos sorprendentes...
-. el coñac 103 ó el coñac Decano...: ambos se promocionaron para los estados gripales, en general.
Mención aparte merecería el coñac Soberano, que al parecer era "cosa de hombres"...
Y una mención especial para el cava Canals y Nubiola, que no atribuía ninguna cualidad terapéutica a su producto, limitándose a explotar el aspecto lúdico del cosquilleo, que produciría en la garganta de los niños, la ingesta de su cava. Su publicidad decía:
Cuando llega el primer cosquilleo de CANALS y NUBIOLA... Se sabe que ¡no será el último! Los niños no deben beber pero llega un día, en una de esas entrañables fiestas familiares, en que ellos también participan de la alegría de los comensales con un sorbito, ilusionado y burbujeante de champaña.
Es un detalle más del clima, entre divertido y sentimental, que flota en las mesas de las grandes solemnidades. Por eso no se olvidan, ni ahora ni en el futuro, los primeros cosquilleos sanos y alegres que produce CANALS y NUBIOLA.
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