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Sabes que no me prodigo mucho en este tipo de comunicación, prefiero la mía, la verbal, en el "face to face", pero la crisis sigue golpeando duro cada día. En el ámbito profesional son muchas las personas que no pueden desarrollar su carrera profesional y sufren la dureza del desempleo, que está adquiriendo tintes dramáticos en España. Otros, por el contrario, somos afortunados por haber seguido desarrollando nuestra labor profesional, pero nos hemos quejado amargamente durante los últimos años… en muchos casos, sin motivo, otras con él.
Una de las cosas más interesantes del trabajo como visitador médico es la oportunidad de conocer personas e intercambiar experiencias profesionales referente a la salud y la sanidad, pilares esenciales de toda sociedad desarrollada.
Los últimos cuatro años -por lo menos- hemos vivido sumergidos en un diálogo depresivo de crisis, miedo, inseguridad, frustración, zozobra… ¡Ya está bien! (Esto se acaba... Mi empresa o mi jefe esto y lo otro... El mercado... Los políticos... Etc.).
No vamos a salir de la situación que vivimos hablando de la crisis, ni de los culpables. Creo que es muy difícil salir de una crisis a base de protestar, renegar o quejarse. Tampoco creo que quedarse sentado esperando a que mejoren las cosas ayude mucho.
Por otra parte, he llegado a la convicción de que lo que tenemos es, en parte, lo que nos merecemos -por activa o por pasiva- y estoy decidido a empezar a valorar lo que hay, como primer paso para mejorar, así que, desde un profundo respeto a la gente que lo está pasando realmente mal, yo agradezco la crisis porque me ha ayudado a dar más valor a mi trabajo:
La escasez me obliga a innovar y hacer las cosas mejor.
Ahora doy más importancia al valor de las cosas sencillas.
En circunstancias adversas se ve con más claridad con quién puedes contar.
He descubierto que se puede hacer más con menos.
Las dificultades exigen colaborar y trabajar en equipo.
Las sensaciones de desorientación exigen prioridades y principios.
Las derrotas forman carácter y endurecen.
Los momentos difíciles requieren tomar decisiones atrevidas. No vale“lo de siempre”.
No sé a qué mundo vamos, pero me parece interesante participar en construir ese futuro.
Dicho esto, reitero que no tenemos derecho a seguir protestando y quejándonos. Me comprometo a poner toda mi energía en disfrutar de lo que hay y trabajar por mejorar las cosas. Si realmente el patio está tan mal como todos decimos, no debería ser tan difícil mejorarlo un poco ¿No?
Una frase sabia de mi PADRE: "En cada crisis siempre hay alguien que sale ganando"
¿Alguien se apunta?
Una de las cosas más interesantes del trabajo como visitador médico es la oportunidad de conocer personas e intercambiar experiencias profesionales referente a la salud y la sanidad, pilares esenciales de toda sociedad desarrollada.
Los últimos cuatro años -por lo menos- hemos vivido sumergidos en un diálogo depresivo de crisis, miedo, inseguridad, frustración, zozobra… ¡Ya está bien! (Esto se acaba... Mi empresa o mi jefe esto y lo otro... El mercado... Los políticos... Etc.).
No vamos a salir de la situación que vivimos hablando de la crisis, ni de los culpables. Creo que es muy difícil salir de una crisis a base de protestar, renegar o quejarse. Tampoco creo que quedarse sentado esperando a que mejoren las cosas ayude mucho.
Por otra parte, he llegado a la convicción de que lo que tenemos es, en parte, lo que nos merecemos -por activa o por pasiva- y estoy decidido a empezar a valorar lo que hay, como primer paso para mejorar, así que, desde un profundo respeto a la gente que lo está pasando realmente mal, yo agradezco la crisis porque me ha ayudado a dar más valor a mi trabajo:
La escasez me obliga a innovar y hacer las cosas mejor.
Ahora doy más importancia al valor de las cosas sencillas.
En circunstancias adversas se ve con más claridad con quién puedes contar.
He descubierto que se puede hacer más con menos.
Las dificultades exigen colaborar y trabajar en equipo.
Las sensaciones de desorientación exigen prioridades y principios.
Las derrotas forman carácter y endurecen.
Los momentos difíciles requieren tomar decisiones atrevidas. No vale“lo de siempre”.
No sé a qué mundo vamos, pero me parece interesante participar en construir ese futuro.
Dicho esto, reitero que no tenemos derecho a seguir protestando y quejándonos. Me comprometo a poner toda mi energía en disfrutar de lo que hay y trabajar por mejorar las cosas. Si realmente el patio está tan mal como todos decimos, no debería ser tan difícil mejorarlo un poco ¿No?
Una frase sabia de mi PADRE: "En cada crisis siempre hay alguien que sale ganando"
¿Alguien se apunta?
Adaptación de: I. Costoya
(Amigo del Autor)
La crisis lleva con nosotros muchos años y ya no debe de servirnos de excusa.
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