La paciente era de las que parecen dirigirlo todo:
-. Ahora auscúlteme un poco,... Hágame una receta de esto... Y también de aquello...
Finalmente y cuando acabó la pesadilla, pude apercibirme de que no había venido sola, lo deduje por la frase:
-. Bueno, conmigo hemos terminado; ahora le toca a mi marido que también tiene cita.
Efectivamente, a la derecha de nuestra sargenta pude ver a un hombre enjuto, en actitud hierática, callado...
-. Cuéntale tú al Doctor lo que te pasa, le dijo mientras le arreaba un codazo de los que, apuntando bien, podrían llegar a producir una luxación de hombro...
-. Ná, un poco de agüilla en la nariz, nada importante.
-. ¿Pero serás desgraciao?... Agüilla dice, si llevas toda la semana dando por el culo, lastimero y sin dejar dormir a nadie!
-. Bueno, también me pica un poco la garganta...
-. ¡Nada, a este tonto de los cojones no hay Dios que lo remedie... Un picorcillo de garganta.... Pero dile al Doctor la verdad de una puta vez, que no tenemos todo el día!.
-. ... Tengo también una tos fuerte, como si estuviera agarrada al pecho...
...
-. ¡Bueno, ya está bien, aparquen Uds. sus discusiones para después de la consulta!... Y por favor, ya que sus manifestaciones no me resultan de gran utilidad, venga conmigo que yo deduciré la intensidad de su problema a través de la exploración...
Lo que llama la atención tambien es la desinhibición y la falta de respeto hacia el médico, a la señora en cuestión, solo la falta ponerse a hacerse sus necesidades alli mismo
ResponderEliminarJajaja!
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