viernes, 31 de octubre de 2025

El Dr. Down

 


La historia del Dr. John Langdon Down (1828-1896) es la de un médico victoriano que no sólo cedió su nombre al síndrome de Down, sino que revolucionó el trato hacia las personas con discapacidad intelectual, en general. Su enfoque humanista y sus métodos innovadores lo convirtieron en un pionero en la medicina social.

A la edad de 30 años, Down fue nombrado director médico del Asilo para Retrasados Mentales de Earlswood. En una época donde estas instituciones eran lugares de castigos, deficiente higiene y terribles condiciones, Down fue capaz de ver dignidad donde otros solo veían incapacidad.

Con él y esa visión, llegaron los cambios...

Humanización del trato: prohibió los castigos físicos y contrató personal competente y profesional, persiguiendo la empatía.

Mejoras físicas: implementó una estricta higiene y mejoró las instalaciones.

Educación y terapia: fue precursor de lo que hoy conocemos como terapias de juego, ocupacionales y del lenguaje. Aportó entretenimiento, llegando a construir un teatro para sus pacientes y fomentando la música y las artes.

Habilidades prácticas: les enseñó actividades como jardinería y equitación, promoviendo su desarrollo integral.

En 1866, Down publicó un estudio en el que describió por  vez primera las características físicas y conductuales comunes en un grupo de pacientes. A esta condición la llamó inicialmente "tipo mongoloide" influenciado por las ideas de Darwin. Denominación que posteriormente abandonada, por considerarse ofensiva, y reemplazándose por la de "síndrome de Down".

Entre estas características hablaba, entre otras observaciones: del déficit intelectual, de la macroglosia (lengua grande) o de los ojos achinados, propios de esta enfermedad...

En 1868, el Dr. Down llevó su visión más allá: compró una mansión llamada Normansfield y la convirtió en el primer hogar digno, diseñado específicamente para personas con síndrome de Down. Continuó aplicando su enfoque en el desarrollo personal, el de las artes y la dignidad. Este lugar sigue vivo hoy como el Centro Langdon Down, un testimonio duradero de su legado.

Down, un clínico extraordinario, también describió los signos de otras condiciones como el síndrome de Prader-Willi o la distrofia muscular. Aunque su trabajo no se limitó a clasificar, sino que dignificó y mejoró las vidas de innumerables personas con discapacidad intelectual.

Sirva añadir que sus hijos continuaron con el enfoque, la labor, como también la gestión de la institución describiendo, uno de ellos, el pliegue palmar, tan característico de esta enfermedad. 

Para terminar y a modo de curiosidad: uno de los nietos del Dr. Down, quien casualmente también se llamó John, nació con la enfermedad que con, anterioridad y tan magistralmente, había descrito su abuelo.

VER VÍDEO
El vídeo ofrece un breve resumen de lo que fue la vida de este gigante de la medicina social.
Pulsa aquí para verlo.



sábado, 11 de octubre de 2025

Dejando huella

 


La primera imagen muestra una mancha justo en el centro de la roca, y no se trata de una mancha cualquiera: sino de la huella dactilar más antigua del mundo, que podemos ver ampliada en la segunda fotografía.

Tiene unos 43.000 años de antigüedad, según los trabajos no invasivos de teledetección de Samuel Miralles, experto en imagen forense de la policía. 

Dicha huella, que podría corresponder a un Neandertal, se ha hallado en España, en el "Abrigo de San Lázaro", a las afueras de Segovia.



viernes, 3 de octubre de 2025

Sigue la esclavitud

 

Esto es cuanto ha ocurrido con los médicos y la medicina, a lo largo de las últimas décadas de la historia de este país. Pulsa aquí para acceder a ver el vídeo que lleva por título "La realidad de llegar a ser médico en España".

No puedo estar más de acuerdo con cuantas verdades se dicen en este vídeo, no en vano, hace ya demasiados años, unos 15, escribí uno de los primeros post de este blog, hablando de lo que, refiriéndome a mis colegas, denominé "Esclavos cualificados", un post que os invito a releer pulsando aquí. Y es que, en cierto modo, seguimos bajo el yugo de esa esclavitud.



miércoles, 1 de octubre de 2025

Min y la "¡Le-chu-ga!"


Min, fue el dios egipcio de la fertilidad, al que representan con un látigo en la mano, coronado por un alargado y curioso sombrero que más parecería un par de antenas apuntando hacia el cielo. 

De Min también se decía que era "el abridor de nubes", responsable de la lluvia y, por tanto, de la vida. Aunque sobre todo fue conocido  por su asociación con la lechuga.

Y es que la lechuga, para la mitología egipcia, se tenía por un poderoso afrodisiaco por su aspecto alargado y su capacidad para liberar un liquido blanquecino al romperse. En honor a esta deidad, en el antiguo Egipto se consumían lechugas en grandes cantidades, buscando potenciar el deseo y la potencia sexual. Y es que "a falta de Viagras..."



Aunque el detalle más importante de cuantos definen a Min es su pene erecto, simbolizando sus poderes...

Adjunto al texto cuatro imágenes en las que se aprecian las características de las que hemos hablado (las tres fotografías corresponden a representaciones suyas en las impresionantes columnas del templo de Karnark, con cuya visita iniciábamos el viaje por Egipto).

La historia de este dios nos cautivó tanto, que desde ese momento todos posábamos, a la hora de las consabidas fotos de grupo, coreando "¡le-chu-ga!", en lugar del más que habitual "¡pa-ta-ta!".



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