Las dos fotografías fueron hechas en la misma mañana de paseo, uno de estos días, por el centro de Madrid... Ilustran perfectamente la terrible dicotomía que desde hace décadas estamos viviendo:
Por un lado vemos las formas estilizadas -hasta los extremos- de las maniquíes, que harían parecer obesa incluso a una víctima de anorexia avanzada... Por el otro las consecuencias de una vida de excesos que se propugnan, con más motivo si cabe, en estas fechas navideñas...
Lo que dictan los cánones de belleza y aceptación y las consecuencias de vivir en una sociedad que favorece el consumo y el sedentarismo; lo virtual y lo real; lo que marcan los patrones estilísticos y lo que favorece nuestro estilo de vida, ambos extremos patológicos, puestos frente a frente en una dicotomía terrible que roza la esquizofrenia social...
En la época de los turrones, mazapanes, polvorones, jamones, los días de la sidra y el cava, los de los cotillones, de las cenas de empresa y las cestas de Navidad, se pretende -ya que hemos tocado el tema de los héroes del comic- vender ropa con modelos que, más que reales, parecen familiares de Mister Fantastic....
De verdad: hay que ser superhéroes para ser feliz en un mundo así...
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