lunes, 8 de febrero de 2016

Tigre no!... Sigre!... Sigre!




No es raro escuchar la queja de farmacéuticos, respecto del uso que del punto Sigre interpretan algunos. No resulta infrecuente para ellos, al abrir su farmacias, encontrarse bolsas de medicamentos junto a la persiana metálica, colgadas de la manecilla de la puerta o de una ventana. Se trata, sin duda, de usuarios que no se pararon a pensar acerca de la posibilidad, una de tantas, de que algún niño curiosee en el interior de la bolsa.

Tampoco parecen muy asumidos los contenidos susceptibles de ser depositados en el Sigre: muchas veces, y en las bolsas, junto a los envases de medicamentos supuestamente caducados, pueden verse cosas tan poco agradables y peregrinas como pañales, compresas, mondaduras de frutas, etc...



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