miércoles, 20 de diciembre de 2023

Síndrome del árbol de Navidad

 

Debemos a la princesa rusa Sofía Troubetzkoy (siglo XIX) la introducción de la tradición del árbol de Navidad en nuestro país, habiendo llegado a ser, esta costumbre de origen nórdico y hoy por hoy, una de nuestras costumbres más consolidadas. Le debemos a esta mujer, esposa del duque de Sesto, el haber colocado el primero de España, en las navidades de 1870.

Dicho esto, y ocupándonos de la temática que ocupa a este blog, el de los aspectos relacionados con el mundo de la medicina, hoy hablaremos del Síndrome del Árbol de Navidad...

¿En qué consiste? Imaginen a un individuo hipersensible que un día, acercándose las postreras festividades del año, decide colocar un abeto en un rincón de su salón, adornándolo con todo tipo de bolas, luces y guirnaldas... Imaginen también, que como consecuencia de ese toque de ecologismo que caracteriza a nuestras actuales tendencias, opta por adquirir un árbol natural, criado en el campo, con la intención de tenerlo en su casa varias semanas, para replantarlo después...

.

Pues bien, él no sabe que junto con el árbol, acaba de abrir la puerta de su casa a no pocos pólenes, esporas, mohos, etc., que, por facilitarlo el calor de su hogar, se verán potenciados en su crecimiento, desarrollo y consecuencias:
-. problemas respiratorios como la congestión nasal.
-. tos, estornudos, dolor de garganta.
-. picor de ojos, alergias cutáneas.
-. broncoespasmos y demás manifestaciones asmáticas de consideración.
-. etc...

Con una menor frecuencia y entidad, los árboles artificiales también podrían originar algún que otro problema, dado el polvo que de un año a otro podrían acumular, por lo que es clave el limpiarlos antes de reutilizarlos.

Aunque no todo es negativo: el montar el árbol también tiene su lado bueno, al fomentar el espíritu navideño que, admitámoslo, siempre será bienvenido...



No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Los comentarios son bienvenidos!

Related Posts with Thumbnails