En vísperas de las diferentes celebraciones del Día del Orgullo Gay, una denuncia vuelve a saltar a la palestra de los medios de comunicación: determinadas clínicas siguen aplicando tratamientos contra la homosexualidad, basándose en una creencia que será errónea mientras no se demuestre lo contrario: la de pensar que se trata de una enfermedad.
Desde tiempos inmemoriales se siguen métodos con similares fines: desde el más antiguo electroshock, pasando por terapias basadas en el condicionamiento religioso ó las más recientes aversivas conductuales y las farmacológicas (Ludiomil, Dogmatil...). Los dudosos éxitos conseguidos hasta hoy sirven de justificación para los usuarios de tales prácticas y de bandera de los diferentes movimientos "Ex Gay", como "Exodus Internacional".
Tras extender el volante para el ginecólogo no tardé mucho tiempo en volver a verla: había obtenido del segundo nivel más o menos la misma ayuda que en su día recibió del primero: poco más que ninguna.
Afortunadamente, en esta segunda visita, algo sabía ya acerca del que habría de ser mi proceder: derivarla hacia la unidad que para atender los TIG (Trastornos de Identidad de Género) existe en el Hospital Ramón y Cajal.
Hola Jose; ya se que son tus blogs.Te doy la enhorabuena por tu iniciativa y por tu sensibilidad. a partir de ahora tienes un segidor incondicional.ah¡ tus forrelatos son verdaderamente interesantes. Hablaremos. Mucho animo y sigue asi.
ResponderEliminar