lunes, 31 de agosto de 2015

Danzas por el Ébola




Los médicos de este lugar de Africa tienen mucho que celebrar...

Esta semana se ha dado de alta al último paciente conocido con ébola en Sierra Leona... Si en 42 días no se conoce otro caso, este país africano será declarado libre de esta enfermedad.

En este sentido no debemos olvidar que sólo aquí y hasta la fecha, han sido 4.500 los muertos por causa de esta epidemia, 4.500 de los 11.000 que fallecieron en este rincón de África (Sierra Leona, Liberia y Guinea) desde diciembre de 2013.

Para festejar esta importante victoria contra el virus, los sanitarios salieron a bailar y cantar, algunos ataviados con sus trajes de protección. 

Lamentablemente hoy, muy pocos días después de las celebraciones descubren el cadáver de otra fallecida por Ébola, en un pueblo junto a la frontera con Liberia, lo que obliga a recomenzar...



sábado, 29 de agosto de 2015

Logo para medicamentos seguros




Los medicamentos falsos, los que se compran en internet, pueden matar... 

Los medicamentos ilegales constituyen un creciente problema: 
- en septiembre de 2011 se decomisaron 2,4 millones de comprimidos ilícitos y de imitación, en 81 países
- en octubre de 2012 se decomisaron 3,75 millones de estos comprimidos en 100 países
- pero en junio de 2015 fueron 10,1 millones en 99 países.

Los medicamentos falsos suponen un grave problema para la salud, ya que no contienen o contienen dosis erróneas del principio activo necesario para que el producto sea efectivo, y porque las sustancias utilizadas para adulterarlo pueden ser nocivas, incluso mortales.


Como puedo saber si un medicamento es seguro?
La verdad es que estos medicamentos pueden burlar hasta a los médicos. La única manera de evitar los riesgos es comprar en establecimientos regulados.

Todos los establecimientos que operan legalmente y están establecidos en la UE llevan el logotipo. Pulse siempre sobre él para asegurarse de que el sitio web está registrado en una de las listas nacionales de establecimientos legales. 


viernes, 28 de agosto de 2015

Más cartones


Manejar medicamentos no es cuestión baladí para la mayoría de los ciudadanos, por tal motivo son muchos los que han de recurrir a determinadas artimañas, con el fin de no errar con su tratamiento... 



En muchos casos bastará con anotar determinadas referencias en el cartonaje: aspectos relativos a la indicación del producto, al modo en que ha de usarse, incluso a su eficacia y bondades...



La llegada de los genéricos trajo consigo nuevas dificultades, por lo que se hizo necesario que los usuarios anotasen también la marca comercial (bueno, más o menos)...



martes, 25 de agosto de 2015

Clásicos de los cartones


Afortunadamente y con la llegada de la Receta Electrónica, estamos empezando a ver cada vez menos cartones en nuestras consultas, aunque aún quedan... Poco a poco se están convirtiendo en algo parecido a los antiguos discos de vinilo...


Por cuanto empiezan a escasear y ser poco menos que una "rara avis", merecen rendido homenaje por cuanto nos ayudaron y porque aún siguen haciéndolo.


Para tal ocasión traemos hasta nuestro blog a dos clásicos de los cartones de medicamentos y, por que no queremos que nadie se sienta discriminado, ambos sexos se verán igualmente representados a través de sus respectivas partes pudendas.

Para quienes no alcancen a leerlo:
1ª foto: "picor chocho"
2ª foto: "Pilila cada 12 horas. Se la echas un poquito pa atrás y le echas un poco de crema"



lunes, 24 de agosto de 2015

Un trabajo más cardiosaludable




¿Sabes que tu trabajo puede ser más cardiosaludable?...
¡Con un pequeño esfuerzo y estos tres consejos, puedes reducir tu riesgo cardiovascular!

1.- Si almuerzas fuera de casa, prepara una tartera saludable: Incluye fruta y verdura fresca en tu dieta.
2.- Utiliza el transporte público, intenta bajarte una parada antes y sube las escaleras en tu lugar de trabajo.
3.- Deja de fumar y -en la medida de lo posible- participa en actividades fisicas al aire libre.
4.- Contribuye en la consecución y trata de promover un buen ambiente laboral.
5.- Organiza bien tu trabajo, gestiona bien los plazos, que no acaben gestionándote ellos a ti.



domingo, 23 de agosto de 2015

Cuando mirar es abominable




El voyeurismo, la necesidad de obtener placer sexual espiando a personas desnudas, en vías de estarlo o practicando el acto sexual, es una de las más de 130 parafilias conocidas y de entre las que también cabe destacar, por su mayor popularidad: la zoofilia, el masoquismo, el trasvestismo, el fetichismo, etc...

En más del 90% de los casos este problema mental se presenta en varones heterosexuales, carentes de agresividad e inseguros, que probablemente recibiesen una educación excesivamente represiva  en su infancia, respecto de los temas sexuales.

En ocasiones esta desviación, que se aloja en el lado más profundo y oscuro del cajón de nuestras miserias, puede llegar a teñirse de connotaciones más despreciables aún, si cabe... En estos días fui consultado por una mujer, visiblemente afectada, quien acababa de saber que junto a otras compañeras de trabajo y durante muchos años, habría sido espiada en los vestuarios y baños de su empresa, por parte del hijo de su jefe. 

(Leer la noticia en los medios)



viernes, 21 de agosto de 2015

Payamédicos



La provincia de Buenos Aires ha promulgado una ley que establece la incorporación de los payasos hospitalarios al sistema de salud.
De esta manera los especialistas del arte del clown se integrarán al servicio de salud con tareas complementarias en las terapias pediátricas de los hospitales provinciales y municipales bonaerenses.

El apartado que argumenta al proyecto señala que la internación hospitalaria es un proceso traumático para todo el mundo, y resulta aún más difícil de sobrellevar para los niños. "Esta situación adversa puede cambiar cuando la lente utilizada es la mirada del clown", destaca el escrito.
El proyecto hace hincapié en el concepto de "humanización hospitalaria" y la importancia de que los pacientes sean abordados desde un enfoque integral.

Voces hay que, sin embargo, se alzan para lamentar que los medios se polaricen hacia este tipo de inversiones, probablemente demagógicas, en momentos en los que existen graves deficiencias de personal sanitario, de medios diagnósticos, etc...


lunes, 17 de agosto de 2015

A lo bruto



-
Propias de momentos de una cierta decadencia en la civilización serían cosas como la que hoy nos ocupa: un marketing cuya filosofía reside en el culto a la desproporción, cuando de todos es sabido que una buena parte de nuestros males se gestan desde los excesos.

Aunque no es fenómeno precisamente novedoso, el tema siempre nos causó una cierta fascinación y no habremos de ir muy lejos para ilustrarla: bastaría con acordarnos de nuestro Sancho Panza, o de vecinos como Gargantúa y Pantagruel.

Lo que sí nos resulta más propio y específico es el hecho de que ocurra en momentos en los que sobrepeso y la obesidad son cuestionados, hasta el punto de que en algunos países se está debatiendo la posibilidad de aplicar un impuesto que gravaría a los alimentos hipercalóricos...

Así nació BRUTUSla cadena de restaurantes en donde todo es gigante y cuyos esloganes son: 
"Donde come uno comen cuatro"
"¿Quien ha dicho que el tamaño no importa?"

Un vistazo a su carta y podrán comprobar que todo es "super", "grande", "gigante" o "mega"...

Hoy por hoy se han abierto 8 restaurantes, en 8 puntos de nuestra geografía nacional. En Madrid, por el momento y afortunadamente, sólo están presentes en el Centro Comercial Xanadú.



viernes, 14 de agosto de 2015

No es bueno que el médico esté solo

Algunos usuarios deben pensar que esto de ver pacientes en consulta viene a ser como el arte de hacer churros, con todo el respeto que me merecen el paciente, el gremio de churreros y sus establecimientos de churrería... Aunque pienso que este ejemplo podria no ser bien traído, pues hasta los churreros haran otras cosas...

Tras décadas de vernos trabajando sin respiro, algún usuario acabó licuando el contenido para quedarse con el continente: los médicos vemos enfermos y punto... Ideando y haciendo suyo el concepto de consultorio/ventanilla, según el cual no se trataría de ayudarlos o de curarlos, sino sólo de verlos... 

Algo así debió pensar el de hoy, lamentablemente uno de tantos... 

Me encontraba en la consulta elaborando algún informe y leyendo otros, cuando unos golpes sonaron en la puerta que no tardó en abrirse...

-. Sí?... Dígame?
-. Me han dicho que está solo
-. Quién es Ud.?
-. Fulanito de Tal
-. Ajá... Compruebo que tiene cita en unos 40 minutos
-. Ya, pero como no tiene a nadie...!
-. Haga el favor de sentarse un momento en la sala de espera, yo le llamo. Gracias.


jueves, 13 de agosto de 2015

Testimonio


RESPUESTA DE UN MÉDICO, 

A UN COMENTARIO EN UN DIARIO:
Mira Javier, he leído tu comentario y el de algunas otras personas y no he podido aguantar registrarme y responder porque es indignante lo que leo. Soy médico de la sanidad pública andaluza desde hace 13 años. Soy eventual desde que comencé a trabajar y renuevo mis contratos como mucho cada 3 meses (lo cual es una ilegalidad ya de por sí).

Mi sueldo base son 1100 euros a los que hay que sumar 760 euros de exclusividad (lo cual me imposibilita trabajar en la medicina privada). A partir de ese dinero TODO y digo TODO euro que cobro de más es quitándole horas y horas a mi familia mediante tardes, guardias y más guardias. No recuerdo la última Navidad o Semana Santa que disfruté de mi familia, no sé cuantos Reyes me he perdido con mis hijos y NADIE, absolutamente NADIE me ha regalado nada.

Y evidentemente que no somos más que un barrendero o un electricista, somos personas y todas somos iguales con la salvedad de que para llegar a ser especialista me he pasado ¡¡¡13 AÑOS DE MI VIDA!!! sacrificado día tras día, estudiando y perdiendome muchas cosas de mi juventud. Viendo como mis amigos empezaban a cobrar y yo tenía que seguir pidiendo dinero a mis padres y no podía independizarme. Viendo como amigos se iban a la construcción y sacaban 3000 euros limpios mensuales, paseaban en cochazos y se metían en hipotecas monumentales mientras yo preparaba el MIR y me iba a dormir a casa de mis padres.

El médico español es el que menos cobra de Europa y el andaluz el que menos cobra de España. Mi hora de guardia (en la cual pueden no llamarme como me pueden llamar porque a tí o a algún familiar tuyo sufra una hemorragia cerebral o un infarto o un edema agudo de pulmón, en resumen alguien pueda estar al borde de la muerte) me la pagan un euro y medio más que a la señora de la limpieza e incluso más barata que a los propios residentes que están en formación lo cual es una auténtica incongruencia.

Todos somos iguales pero yo vivo con imágenes en mi retina desde que era residente de 2 niños de 8 y 6 años preguntandole a su padre porqué se estaba despidiendo de ellos justo antes de sedarlo porque se estaba muriendo de un cancer medular de tiroides. Un padre que sabía que en unos minutos iba a ser sedado para morir y que jamás vería más a sus hijos, llorando diciendole adiós y la cara de esos pequeños sin entender nada. ESO NO TE LO LLEVAS TÚ A TU CASA y eso no tiene precio, no juntarías en tu vida dinero para pagar el convivir día tras día con la muerte, la agonía, la angustia, el sufrimiento, el tomar una decisión que puede significar la vida o la muerte de una persona.

Me dan vergüenza estos comentarios. La Sanidad Andaluza funciona gracias a unos profesionales como la copa de un pino y las horas de más, pagadas o no, que le echamos desde auxiliares hasta médicos. Si a las 3 menos 5 se pone un paciente a morir y me tengo que quedar hasta las 6 de la tarde me quedo y eso NO ME LO PAGA NADIE y además lo hago sin ningún problema.

Tengo 3 hijos, un focus y una casa en un pueblo de Cádiz. NADA MÁS. No soy rico ni lo seré siendo médico en España pero la RESPONSABILIDAD Y EL RIESGO en un trabajo hay que pagarlo porque somos personas vocacionales pero no miembros de una ONG y mis hijos comen, se visten, van al colegio (público por cierto) y además tengo que pagar mis impuestos.

Y lo peor de todos es que algunos están tan ciegos que no se dan cuenta que quien va a pagar esto no con dinero sino con su salud son ellos y sus familiares, quien se va a pasar meses en lista de espera para ir a consultas son ustedes, quien se puede llevar condenado a una silla de ruedas porque le tienen que colocar una protesis de rodilla durante más de un año van a ser ustedes y sus familiares, quienes van a sufrir retrasos diagnósticos y terapéuticos en enfermedades que pueden ser graves o incluso mortales son USTEDES.

A mí me han destrozado mi economía familiar pero a ustedes les pueden destrozar LA VIDA.

YA ESTÁ BIEN DE FALTAR EL RESPETO A LOS SANITARIOS Y DE HACER DEMAGOGIA. Cuiden ustedes a sus sanitarios porque esos a quienes critican son los que un día de Navidad a las 4 de la mañana si a usted le da un infarto o si su hijo tiene una meningitis, saldrá corriendo con el corazón desbocado para velar por su salud y devolverle su vida mientras la mayoría estará disfrutando de su familia.


NOTA: El texto ha sido publicado en estos días en un diario regional aunque, en muchos de los aspectos que aborda y comenta, puede extrapolarse a cualquier otra región española.



miércoles, 12 de agosto de 2015

Monumento al riñon...



La imagen, que capté hace un momento esta misma mañana, corresponde a una de las rotondas de acceso al pueblo de Griñón, en la Comunidad de Madrid... La mala suerte o el vandalismo, vaya Ud. a saber que fué exactamente, han querido que se destruyese la primera de las letras.

Unos minutos antes, el noticiario de la Radio anunciaba que España seguía siendo el país en el que se realizaban un mayor número de transplantes: que de los 115.000 anuales que, según cálculos, venían teniendo lugar en el mundo, nada más y nada menos que un 4% eran españoles. 

El riñon, un año más, se erige como órgano más transplantado, a distancia de los demás órganos...

Y ahora decídme...  Toda esta historia merecía un monumento... ¿O no?



martes, 11 de agosto de 2015

Dichosa pierna...




El mito de las vitaminas vuelve con fuerza y ahora, en plena era de la geo-localización, de la telefonía móvil e internet, lo hace renovado y con características propias del momento tecnológico...

Sucedía ayer tarde, en la consulta:
"Doctor, todo lo que me ha pasado en la vida ha sido en la pierna derecha: una tromboflebitis... una ciática muy fuerte... un juanete... 

Y digo yo una cosa...: no será que me faltan vitaminas en esta pierna?"



domingo, 9 de agosto de 2015

Cuidadora




Al teléfono...:
-. Buenas tardes, dígame, ha solicitado Ud. hablar con un médico... ¿?
-. Sí Doctor, es que a mi marido le atiende la Unidad de Cuidados Paliativos, sabe Usted?, y le han prescrito una medicación que no sé si debo darle ahora...
-. Comprendo, dígame de que medicación se trata... ¿?
-. Ud. Cree que pasaría algo si se la doy?
-. Recuérdeme primero de qué medicamento estamos hablando... ¿?
-. Es que no entiendo muy bien la letra del médico!
-. No pasa nada, no se preocupe, intentaremos resolverlo, deletréemelo por favor... ¿?
-. A...F...D...G...
-. Pues la verdad es que no me recuerda a nada... intentémoslo otra vez, deletréemelo de nuevo por favor... ¿?
-. D...A...D...G?
-. No, no se me ocurre ningún nombre válido... Pero vamos a ver... Si la duda reside en administrársela o no, es porque tiene Ud. la medicación en casa, verdad?
-. Claro...
-. Entonces intente decirme el nombre del medicamento leyéndolo de la propia caja... Le resultará más fácil!
-. Anda! Pues es verdad!...


El estrés del cuidador es la tensión emocional que conlleva cuidar de otra persona. Los estudios demuestran que cuidar de otra persona afecta la salud física y emocional. Los cuidadores son más propensos a sufrir depresión y otros problemas de salud.

Cuidar de otra persona consume mucho tiempo, esfuerzo y trabajo. Además, la mayoría de los cuidadores tienen trabajos a tiempo completo...

Los cuidadores de personas con enfermedad de Alzheimer u otras clases de demencia son especialmente vulnerables al agotamiento. Las investigaciones demuestran que la mayoría de los cuidadores de personas con demencia sufren de depresión y estrés. Además, los estudios demuestran que cuantas más horas dediquen como cuidadores, mayor es el riesgo de sufrir ansiedad y depresión.



viernes, 7 de agosto de 2015

¿Cuando perdimos la cabeza?


Recuerdo hace ya algunos años cuando la gente era capaz de cuidar de sí misma, cuando las madres y abuelas eran capaces de tratar las «pequeñas enfermedades» de su prole sin asustarse por la automedicación, cuando las personas mayores eran solo eso: personas mayores, y no «pacientes crónicos, pluripatológicos y polimedicados», cuando se acudía al médico solo. . . cuando se necesitaba. Pero ese tiempo ya pasó, en los países desarrollados la obsesión por una salud perfecta y una permisibilidad cero frente al dolor o el sufrimiento se han convertido en el factor patógeno predominante. Además, si consideramos la definición de salud que hace la Organización Mundial de la Salud, que identifica esta con felicidad, el resultado final es que estar enfermo es ya lo normal; todos estamos enfermos e incluso reivindicamos nuestra condición de pacientes y, cómo no, la necesidad de recibir tratamiento para nuestras «enfermedades». 

Ya en el ano 2002, una prestigiosa revista (British Medical Journal) publicó una lista de las 20 principales «no enfermedades», es decir, procesos «fisiológicos» que nos afectan en mayor o menor medida y que «no estamos dispuestos a soportar»; entre ellos están: el envejecimiento, el aburrimiento, la calvicie, las bolsas en los ojos, las canas, las pecas, la infelicidad o la soledad, entre otros. ¿Cuántas consultas habremos atendido en Atención Primaria próximas a ser consideradas como «no enfermedad»? Desde dolores «poliarticulares migratorios, variables de intensidad y de presentación anárquica», hasta crisis de ansiedad en adolescentes que van a presentarse a un examen de ESO (el antiguo BUP), pasando por el «deme usted algo que me tranquilice en el examen del carnet de conducir» o el típico «deme algo para la memoria». . . Todas estas consultas buscan una solución: la pastilla mágica. 

Ante estas consultas, cada vez más numerosas, y otras que entrarían dentro de lo que los médicos denominamos «somatizaciones», corremos el riesgo de un progresivo proceso de medicalización de la sociedad; tratar a personas sanas con medicamentos, que tienen efectos secundarios y que en realidad no necesitan, es uno de los efectos perversos de esta práctica, aparte de un grave problema de salud y también, por qué no decirlo, un grave problema económico. 

La caída del pelo, la pérdida de un familiar o el estrés laboral se consideran problemas médicos y, en consecuencia, susceptibles de ser diagnosticados y tratados. El diagnóstico constituye el primer eslabón de la cadena, y qué difícil es no establecer al menos un diagnóstico de presunción en nuestra consulta, que tranquilice al paciente y que evite que este nos considere unos ignorantes. Visto así, podría parecer que la función del diagnóstico fuese contentar al paciente y. . . al médico. Para ello nos valemos de chequeos médicos de dudosa utilidad, o de pruebas de imagen que si se utilizaran de forma indiscriminada en toda la población detectarían multitud de «enfermedades» que precisarían de nuevos estudios y de tratamientos difíciles de justificar, ya que posiblemente estas no interferirían nunca en la calidad de vida de las personas: ¿quién tiene más de 50 años y no tiene una hernia de disco, por ejemplo? Y hemos llegado a la locura, ya que incluso en algunos centros comerciales hay aparatos de este tipo que ofrecen, a cambio de un coste moderado, una TAC completa o una ecografía tridimensional, es decir, hemos llegado y sobrepasado el «diagnostíquese usted mismo» y luego. . . consulte con Internet. La situación ha llegado a tales extremos que la Asociación Americana de Radiólogos rechaza la realización de pruebas radiológicas a aquellas personas que no presenten clínica que las justifique. 

Pero la sensación de bienestar aumenta cuando la persona recibe un diagnóstico, es decir, se encuentra mejor sabiendo el nombre de la «enfermedad» que padece. Pero tenemos que recordar que en la mayoría de las consultas, y sobre todo en las de Atención Primaria, no es posible comprobar que se padezca alguna enfermedad, jugamos con la incertidumbre diagnóstica, con los síndromes generales y frecuentes, con los signos de alarma, pero rara vez llegamos a un diagnóstico etiológico, y solemos tratar síntomas que en ocasiones son muy subjetivos, y en otras ocasiones están influidos por las diferentes y diversas expectativas que tiene quien los padece. 

Los pacientes que no reciben un diagnóstico no quedan contentos, solicitan más y más pruebas, crean grupos de autoayuda y se ponen en contacto con los medios de comunicación. En esta situación, siempre aparece algún médico laborioso, para el que es imprescindible (y casi sinónimo de supervivencia) encontrar un diagnóstico específico y adecuado para cada paciente. Y el hecho de establecer un diagnóstico inicia el proceso de la medicalización, ya que cataloga a la persona como enferma y, por tanto, es susceptible de beneficiarse de algún tratamiento farmacológico. 

Recordemos, en este punto, que hay definidos alrededor de unos 30.000 síndromes y enfermedades, por lo que a poco que nos esforcemos no es difícil encontrar alguno que se adapte a cada situación; por otra parte, las enfermedades «se crean y se destruyen», su existencia depende de la «opinión de expertos»; así, por ejemplo, la homosexualidad dejó de ser considerada enfermedad en el ano 1974. 

Por otra parte, hay importantes intereses económicos en este proceso, y sus posibles beneficiarios intentan hacernos ver que los sucesos normales de la vida pueden tratarse farmacológicamente, como ya hemos señalado; o que síntomas raros o leves deben ser considerados como grandes epidemias o enfermedades graves: un buen ejemplo de este punto sería el colon irritable, que alcanza magnitudes alarmantes, aun cuando solo se considera grave en menos del 5% de los casos. De igual forma, las sociedades de Psiquiatría señalan que uno de cada 6 españoles «ha padecido, padece o padecerá» un trastorno mental a lo largo de su vida, señalando como sus principales causas las «dificultades sociales, socioeconómicas y sociolaborales». ¿Recuerdan hace 3-4 años lo que ocurrió con la «epidemia» de gripe A, la recomendación de antivirales para su tratamiento y las vacunas ex profeso. . .?. Otro ejemplo. 

¿Qué me dicen de los embarazos de riesgo? Hoy día, ser embarazada de riesgo ya es algo normal. ¿Y de los tratamientos de la osteoporosis o de la osteopenia?, ¿y la fibromialgia y la llamada «medicina defensiva»?. 

Hay un caso repetitivo que para mí es el paradigma de la «medicina defensiva»: ese chico de 15 años que haciendo deporte sufre un esguince de tobillo, que posiblemente solo precisara de algo de reposo para mejorarse, y acude a Urgencias. Allí, tras el correspondiente estudio radiológico (totalmente normal) se decide inmovilizarlo con una férula posterior de yeso, tratarlo con antiinflamatorios y añadirle «un protector gástrico» y heparina de bajo peso. Con esa actitud estamos mandando mensajes al resto de la sociedad de cómo actuar ante un accidente leve: ¡acudir a Urgencias! 

Hablando de niños y adolescentes, la mayoría de nosotros manejamos la historia digital, ¿qué me dicen de esos jóvenes que no teniendo ningún problema de salud importante tienen más de 30-40 visitas registradas en su historia? ¿Qué pasará con ellos cuando tengan 50-60 años? ¿Alguien se ha parado a pensar que estamos generando entre todos una generación «débil», una generación que precisa consultar al médico ante el más mínimo síntoma y que corre el riesgo de ser medicalizado de forma innecesaria desde su más tierna infancia? Un pediatra amigo me comentaba que la culpa no solo es nuestra, sino de la organización del sistema de salud, y basaba sus argumentos en su propia agenda: tiempo para atender la consulta a demanda 8-10 min;tiempo para la «consulta de niño sano» 15-20 min; mensaje subliminal: para que el médico le atienda con tiempo hay que acudir cuando el niño está sano. No sabría decir si esta es la base del problema, pero sí que es para estudiarlo de forma profunda. 

Por último, no quiero dejar escapar la ocasión de hablar de la eterna salud, del negarnos a que hay situaciones que van relacionadas con el paso del tiempo y con la edad, y esto en una sociedad que cada vez tiende hacia un mayor envejecimiento. Esta semana comentaba con mi residente el caso de una paciente de 89 años de edad, recién cambiada a nuestro cupo, diagnosticada de artritis reumatoide en tratamiento con metotrexato y, por consiguiente, con ácido fólico. Su vida habitual es de la cama al sillón y del sillón a la cama, precisa ayuda para todas las actividades básicas. Pero además es diabética, y el compañero endocrino que la atiende le tiene recomendado un tratamiento con insulina basal (2 dosis) además de 3 dosis al día de insulina rápida (terapia bolo basal), aparte de 2 antidiabéticos orales y una estatina para controlar la dislipidemia aterogenética. Asimismo, tiene por escrito la recomendación de 30 autocontroles semanales de glucemia. Recordemos que tiene 89 años, una comorbilidad importante, vive con su marido, de una edad aproximada; ¿es esto lo más adecuado para nuestra paciente? Y ahora, ¿quién se atreve a cambiar la situación recomendada por su «especialista»? ¿No sería mejor, en este caso (y otros como este), olvidarnos de intentar controlar de forma tan intensiva unos factores de riesgo cardiovascular que hasta ahora no han originado complicaciones, y que lo más seguro es que a sus 89 años no se las generen, aparte de las propias de su estado? ¿Podríamos ahorrarle a la paciente sus 5 inyecciones diarias de insulina a cambio de otra pauta más leve? ¿Tiene sentido la estatina -atorvastatina concretamente- si su último LDL era de 104? ¿Y qué hacer con los 30 controles semanales? 

Como antes señalaba, nuestras decisiones son importantes de cara a la sociedad, ya que transmiten cómo actuar ante la «enfermedad» y posiblemente hayamos traspasado la línea e influido de forma decisiva en la progresiva y muchas veces innecesaria medicalización, máxime en un contexto en el que la obsesión por la salud se traduce en un miedo obsesivo inspirado por la medicina ante peligros de salud ridículos o inexistentes. No se trata, ni mucho menos, de quitar importancia a las enfermedades reales, únicamente se trata de recomendar una buena dosis de serenidad; por supuesto, también hay médicos que la recetan. 

J.C. Aguirre Rodríguez Médico de Familia (SEMERGEN),
Centro de Salud Casería de Montijo,
Distrito Sanitario Granada-Metropolitano, Granada, Espana



miércoles, 5 de agosto de 2015

MedicalAR



El software MedicalAR Mirror permite proyectar datos anatómicos en su cuerpo para obtener la impresión de ver a través de sus ropas transparentes y la piel para ver sus órganos. 
a


MedicalAR se amplía constantemente con Aplicaciones para hacer realidad aumentada más interactiva y útil. Una herramienta que podría ser muy útil en consulta, clases de anatomía, etc...



martes, 4 de agosto de 2015

Las vesicales




El de hoy es otro de esos posts que vuelve a poner de manifiesto que el lenguaje médico se le queda atragantado con cierta frecuencia al enfermo...

Ocurría ayer... Tras atenderle respecto de la dolencia que motivó su visita, cuando ya nos disponíamos a dar por concluida la consulta, el paciente, tocándose la zona en la que se ubican la nuca y la parte posterior del cuello, pregunta:

- Y para las vesicales qué me da, Doctor?

Un homenaje al paciente quien... sea alto o bajo, rubio o moreno, urbano o rural, culto o iletrado...: nunca se apea de la capacidad para sorprendernos...



sábado, 1 de agosto de 2015

El lado pícaro del sexo




Esta fotografía, que en su día tomé de un aparcamiento previo al acceso del desfiladero del río Cares, en el Principado de Asturias, bien podría ilustrar ese lado satírico, a caballo entre lo pícaro y lo humorístico, que ha caracterizado a la sexualidad y que adquiere un especial protagonismo cuando hablamos de un país como el nuestro.

Cerca del 80% de los chistes españoles tienen como protagonista y temática al sexo, y es más que probable que el asunto esté relacionado con nuestra tradición de ferviente religiosidad y las habituales censura y represión en las que habitualmente anduvimos inmersos. 



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