lunes, 6 de agosto de 2012

Cuidado con el Rapex

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En ocasiones, como ésta, llegan curiosas historias a través de la red... Tan curiosas que no puedes evitar el compartirlas... En este caso más que curiosa sería inquietante, y consideraría cumplida la misión si de su lectura se derivase el desanimo de alguno...

La violación está alcanzando el estatus de endémica en numerosos lugares del mundo, como el sur de África, por lo que un técnico médico -Sonette Ehlers- ha desarrollado un producto, que por y en ese sentido, fue capaz de acaparar la atención internacional.

Ehlers nunca pudo olvidar a una víctima de violación quien un día le había dicho con tristeza: "Si tan sólo tuviera dientes ahí abajo"... Algún tiempo después un hombre entró en el hospital en el que trabajaba, con insoportable dolor, porque su pene había quedado atrapado por la cremallera de su pantalón. Ehlers fusionó esas dos imágenes ideando y diseñando un producto al que denominaría Rapex, que se asemeja a un tubo con púas en su interior. La mujer se lo insertaría como un tampón, con su correspondiente aplicador, y cualquier hombre que intentase violarla se produciría un gran daño con las púas, tanto que le obligaría a acudir a un servicio de Urgencias en el que pudiesen extraerle el Rapex.

Cuando los críticos se quejaron argumentando que se trataba de un castigo medieval, Ehlers respondió lacónicamente: "Es un dispositivo medieval para un acto medieval".




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