miércoles, 9 de mayo de 2012

Mato el Rato

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Hoy hace exactamente un mes, puesto que fue el pasado 9 de abril el día en que Mariano Rajoy anunció un recorte de 10.000 millones en Educación y Sanidad... El resto aún lo recordamos: llegó el pago porcentual de los medicamentos, incluyendo a los jubilados y en función de la renta; la retirada de la cobertura a los sectores más marginales; el pago por determinados servicios, etc... En cuanto a los médicos también recordamos: el incremento de su jornada laboral; la no contratación de suplentes para cubrir sus días de vacaciones o de enfermedad, etc...

Un mes más tarde sabemos de las intenciones del Ejecutivo por ayudar a Bankia con una cantidad que podría ir entre los 7.000 y los 10.000 millones. La dimisión de Rodrigo Rato supondrá una indemnización de no menos de 1,2 millones de euros.

Con su renuncia, el ex-presidente de la entidad y ex-vicepresidente del Gobierno proponía como succesor a J. Ignacio Goirrigolzarri quien ya se llevaría más de 69 millones de euros en el momento de su salida del BBVA. Por otra parte, según venimos leyendo en los distintos medios de comunicación y a lo largo de los últimos meses: el colmo apunta a que resulta ingente el número de familiares de altos cargos del PP, que tendrían algún tipo de trabajo o contrato en Bankia... 

Rato y Mato no están relacionados únicamente por su parecido fonético: la Salud de todos y el dinero con el que se rozaban los mínimos de calidad laboral para algunos empleados públicos, los de la Educación y la Sanidad, servirán para pagar al Sr. Rato, al Sr. Goirrigolzarri y a esos muchos familiares de los cargos del PP que mencionábamos anteriormente, así como para sanear (no hay mejor verbo posible para este contexto) a la entidad bancaria. 

No en vano la palabra Banco, así como la mayoría de los vocablos empleados en ese mundillo de las finanzas (pagarés, crédito, interés, etc...) se inventaron en España, y más concretamente en la localidad castellana de Medina del Campo (Valladolid), en los coletazos de nuestra Edad Media. Al parecer, en los bancos de la plaza en la que se instalaba el mercado de esa localidad, en esos los bancos que servían para sentarse, antaño se efectuaban los préstamos que darían el nombre con el que hoy se conoce a estas empresas.

El mensaje positivo es el que se desprende del agudo sentido del humor de los españoles, que a veces consigue arrancarnos el llanto; según el chiste que circula nuestro Presidente del Gobierno andaría por ahí quitándole hierro a la crisis con comentarios del tipo: "¡Tranquilos!... ¡Que hay dinero para Rato!"



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