martes, 24 de enero de 2012

Aquí... ¡porqué he venido?


Sucedía ayer: me encontraba trabajando por unos días en el Centro de Salud de un populoso lugar de Madrid, cuando viví esta experiencia que, por extraña, consideré había de ser recopilada aquí, en mi blog.

La siguiente paciente era una anciana:
-. Sí, buenas tardes Juana, ¿dígame Ud.?
-. Pues verá Ud. Doctor... dijo mientras me enseñaba los cartones del embalaje de un Frenadol y un Cinfatós expectorante... Verá Usted...
-. ...
-. El caso es que no me acuerdo de lo que iba a decirle... ¡...Esta memoria!
-. No se preocupe, la dinámica de la tarde va muy bien, por lo que no tenemos prisa, tómese su tiempo...
-. ...
-. ...

En su cara resultaban protagonistas indiscutibles unos ojos y su mirada perdida, que buscaba los motivos que le habían traído hasta allí a la vez que pretendía justificarse, por lo que ella consideraba estaba resultando una innecesaria molestia.
-. ¿Tendrá que ver con estos cartones que trae Ud. en la mano?...
-. No, no, estos los he tomado para un catarro, y venía a decirle que ya estoy mejor... Voy a ver si me acuerdo mientras abro la carpeta de los papeles...
-. ...
-. ...
-. De cualquier modo... ¿le ocurre con frecuencia esto de olvidarse de las cosas?
-. Si, ya lo hemos hablado la doctora y yo, y estamos en ello...
-. ...
-. Mire, voy a salir y así atiende Ud., mientras tanto, a alguna otra persona. Me sentaré un rato en la sala de espera y si acabo recordando el motivo por el que vine, se lo haré saber...
-. Muy bien, Juana, ¡hasta luego pues!
-...

No volví a verla...



1 comentario:

  1. ¡Pobre mujer!
    Y pensar que nos puede ocurrir a cualquiera dentro de unos pocos años........ :(((

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